En un diario español dicen que es la autora más leída luego de Cervantes y que escribió cuatro mil novelas rosadas. Cuatro mil… increíble.
Recuerdo las tardes de lectura sobre la alfombra. Apoyaba mi espalda de 14 años de antigüedad sobre uno de los bordes de la cama mientras sostenía el libro esperando llegar a la parte en donde ella, la protagonista, se acostaba con él.
Una se encontraba con una extensa descripción de cómo era tener sexo con un hombre que no fuera tu marido. Y era maravilloso.
En esa época, Grecia Colmenares era ciega y daba muy pocos besos. Las películas que pasaban en los canales oficiales mostraban a la mujer con los hombros descubiertos y el pelo revuelto. Entonces Corín era para mi la puerta al sexo, a eso que ocurría debajo de las sábanas y sin corpiño. Hablaba de movimientos, de cuerpos entrando en coordinación y de explosiones.
Yo disparaba mi imaginación sobre mi esqueleto. Pensaba que no podía doler tanto algo así, que no tenía por qué tener miedo y deseaba que finalmente sucediera con alguien que tuviera el pelo oscuro y que sepa tocar la guitarra. Él metería su lengua en mi boca y entonces haría lo que sabe hacer.
Por supuesto, nada de eso me sucedió.
Entonces odié a Corín.
Ella nos aseguraba que los hombres querrían casarse luego de tenernos en la cama. Que una se enamoraría sin problemas y que la cosa no podía pasar por otro lado que no sea por un final feliz.
Ahora me entero que ella no se casó con el hombre que amaba. Y que su visión de las cosas era, al menos, irónica. Ella dijo una vez que “las mujeres paren y los hombres mean contra la pared, eso es todo. Yo hago hombres estupendos, sensibles".
¿Que te pasó Corín?
Acaso no mediste las consecuencias?
Cómo es posible que no hayas querido hablar de otra cosa?
Que no tengas otro color en tus libros?
¿Por qué no hablaste de eso? De hombres meando, de mujeres pariendo, de amores que no se concretan, de mujeres paranoicas, de hombres histéricos, de personas que no entran en coordinación en la cama y que además huelen mal?
Por eso Corín, porque preferiste obviar esas cosas, es que te hago culpable de mis fantasías abandonadas.
De la decepción que sentí cuando el no me llamó después de acostarnos varias veces.
De mi insistencia en imaginar diálogos en español antiguo.
De las tardes en las que lloré, recordando que en tu libro los tipos se daban cuenta y volvían.
Tuviste cuatro mil oportunidades para decirme algo diferente.
Cuatro mil, Corín.
Y no lo hiciste.
(*) Los diarios del mundo la tienen en sus principales titulares. Hoy, a los 81 años, murió Corín Tellado.
7 comentarios
Lorena:
Eran novelas, no un Tratado de sexsualidad y reproducción. Yo también las leía y en realidad a las quien uno debería culpar es a las mujeres que nos antecedieron (abuelas, madres) que nos metieron en la cabeza que cuando te acostas con un tipo después te dejan porque te creen fácil. Nosotras somos iguales a ellos. Cuando un tipo no te va lo dejás y punto. Y no siempre todo es coordinado.
Levo casada 21 años y no todo fueron rosas. El se adaptó yo me adapté y nos seguimos peleando como de recién casados. Pero a ese viejito de 50 le viene bien esta viejita de 48.
Después de la pasión viene una hermandad y amistad con sexo.
Chau. Cariños. Muy buena tu entrada.
SANDRA
Sandra, qué bueno lo que contás. Para mi, Corín fue la continuación del cuento de hadas pero erótico. El príncipe azul se sostenía en la novela rosa, y aparentemente eran colores complementarios.
Corín no tiene la culpa de lo que hice 20 años después, ni mi madre, ni mi abuela.
La tuve yo.
Pero me divierte pensar en ella como una mala influencia.
Me gusta que te quieras con el de 50. Me encantaría que me pase lo mismo.
Un beso.
Murio Corin? Salgo tan poco..
Nunca la lei igualmente, era un chiste porque no sabia que dejarte.. y con uno de 34 no?..
>Robale el microondas a tu hermana
Que te pasha Corin??
lore, espero la actualizacion de este blog!
Me encanta como escribis, porq contas cosas cotidianas de tu rutina, pero de una manera copada!
Besoss
Agos
No tengo idea quién sos. Ni como llegué hasta aquí, pero me encontré leyendote y en verdad me asombraste. Saludos.
Germán
Gracias Germán. Yo tampoco sé quién soy.
Gracias por pasar y por comentar.
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