domingo, 8 de febrero de 2009

lo que no pueden predecir los metereólogos

en 21:54
Le doy la espalda al aguacero. Alcanzo a oír gritos adolescentes y corridas. Imagino mujeres pequeñas de remeras elásticas y zapatillas de tela buscando con desesperación un lugar donde burlar a la lluvia. Como si ella apuntara directamente a sus cuerpos; como si se lanzara con el fin de desteñirles el pelo o inundarles las medias.
La temperatura descendió sobre mí abruptamente y la compañía de luz ha decidido abandonar a su suerte las luminarias de la calle. La lluvia trae con ella una oscuridad mineral.
Adentro, yo no puedo más que respetar la forma en que cae el agua. Siento que no hay una cosa más auténtica esta noche.
Derramo mis extremidades en el colchón. Tomo decisiones mientras permanezco horizontal y excéntrica.
Habrá personas que no veré mañana. Caigo en la cuenta de lo frágiles que se han vueltos las cosas; vuelan en pedazos atravesando la epidermis y dejo las astillas adentro para que hagan lo suyo.
No me preocupa el dolor, sino el insomnio, el interrogante en la mesa de luz, la parálisis de los miembros inferiores y las comedias estúpidas en el cine.
La tormenta se endurece y apaga las luces del edificio. Nos trae la oscuridad. Nos la mete de prepo en nuestras casas. Mis vecinos comentan entre ellos, prenden velas, desenchufan los artefactos, hacen reclamos, se ponen ansiosos al teléfono, planean poner luces de emergencia y esperan que la luz vuelva lo antes posible. Dicen que el viento amenaza con volar las celosías y temen que el agua moje los adornos de porcelana.
Me detengo en las conversaciones del pasillo. Ellos preguntan si yo estoy. Si habré cerrado la ventana. Hablan de mis horarios de llegada y se equivocan cuando describen lo que hago en el trabajo.
Sonrío sin hacer ruido.
Hoy llueve dentro de mi.

7 comentarios

La Luna on 10 de febrero de 2009, 0:41 dijo...

Ah si, si, las goteras internas, casualmente soncronizadas con las tormentas de afuera. Parece que no hay paraguas para eso :(



Besos.
pd .redundo, repito, reitero: me encanta como escribis.

Albertina on 10 de febrero de 2009, 10:21 dijo...

UY, el paraguas viene en forma de pastillas antidepresivas y pude ver de cerca qué consecuencias trae usarlo.
Mejor dejar que llueva...
Y gracias Luna. Te imagino en cuarto creciente, haciendote inmensa en esta ciudad.

Bruno on 18 de febrero de 2009, 2:23 dijo...

bueno, la verdad es que te encontre por accidente(link de links) y quede asombrado con tu capacidad de graficar tan bellas imagenes en palabras...me gusta mucho tu blog, me encantaria que te des una vuelta por el mio y me contes que te parece..fuera de joda, impresionado con tu forma...te mando un abrazo y un gustaso pasarme por aca...me gusta lo que leo! jejej(ya lo dije antes eh?) saludos

Albertina on 18 de febrero de 2009, 11:29 dijo...

eyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy graciasssss!!!!! voy a pasar por tu blog.
Entre dos veces y se me cuelga... no sé que pasa. Intentaré ingresar desde otra pc.
lindo lo que decis, y ojalá vuelvas por acá.

Bruno on 18 de febrero de 2009, 15:03 dijo...

ya te agregue a los links...jeje soy asiduo de tu versatilidad corazon, nuevamente un gusto, nos vemos

abrelili on 22 de febrero de 2009, 9:12 dijo...

loreley, hacía mucho que no te leía, extrañamente un domingo a las seis am me encuentra con muchas pilas, lei mucho, me gustó mucho, distintos climas y nada de lo que leí me fue indiferente, grande nena!!!! te quiero, besos

Albertina on 22 de febrero de 2009, 21:10 dijo...

lili: gracias. yo tambien te quiero. y mucho.

 

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