POR QUÉ NO ZLOTOGWIAZDA?

- No nos gusta su pelo.

POR QUÉ NO ZLOTOGWIAZDA?

- Es muy difícil pronunciar su apellido.

POR QUÉ NO ZLOTOGWIAZDA?

- Es mucho más difícil escribirlo y para una dirección de blog es complicadísimo. O sea, es anti popular.

POR QUÉ NO ZLOTOGWIAZDA?

- Físicamente, Tenembaum lo tira a la mierda.

lunes, 15 de diciembre de 2008

ANTES DE QUE VENGA EL SEÑOR STREET

en 12:48 2 comentarios
Titular 1: Invierta en dólares. No sabremos si es culpa de la navidad o del año nuevo. O si es diciembre. Todos recordamos el helicóptero en estas épocas. Las corridas a los supermercados, los changuitos saliéndose de los estacionamientos, tomando la calle, haciendo temblar alimentos no perecederos en su interior.
Yo lo vi por la tele, paralizada. Poniendo las manos en la cabeza y parafraseando a alguien que dice “dios mio” cuando no puede comprender lo que ve, cuando las imágenes parecen de ciencia ficción y no asoman los títulos finales.
Hay en nuestra historia ciertos lugares comunes a los que no queremos volver. Pero que siempre están cerca, acechando de frente. Los vemos venir.
Uno entiende poco, lee los diarios, mira los noticieros, escucha a economistas, lee a los mismos economistas, habla con los vecinos que vieron en la tele a otros economistas. Parlotean sobre crisis e impactos, y predicen que se va a poner peor. Y entonces no armamos el arbolito todavía. Porque no tenemos ganas, qué vamos a festejar? El turrón está 15% más caro. El pan dulce viene con menos frutas, lo que complica a los cirujanos de las fiestas que extirpan una por una para comerse el resto. Compramos dólares por las dudas y estamos atentos.

Titular 2: ¿Eres adicta a los hombres? El me escribe un mail. Me habla de lo que hizo el fin de semana. Me pregunta cómo estoy, que le cuente. Yo podría enamorarme de él, lo sé. Pero él insiste con los mails y los impregna de cosas cotidianas despojadas de deseo, como la película que vio o con quien va a pasar la navidad. Yo supongo que está con alguien, o que no le intereso demasiado, o que le resulto sólo simpática y que no alcanza…
No entiendo por qué es tan difícil encontrarse en estos tiempos. Él aparece y desaparece en una especie de truco que lo lleva a 16 cuadras de donde yo trabajo. Nos separa la Bolsa de Comercio, el microcentro, las vidrieras de mujeres calvas y de los zapatos en eterna liquidación.
No hay nada entre nosotros, excepto eso.
Le contesto el mail aceptando las reglas de juego de una amistad que no sirve para nada.

Titular 3: Para Wall Street, el país será el más golpeado en la región. Atún desmenuzado o en trozos. Hay algo ahí. Cada sábado cuando me enfrento a los estantes de las conservas, tomo una lata, la acaricio, leo los ingredientes, trato de descifrarlos, pero sigo sospechando que el desmenuzado tiene cualquier cosa: una síntesis de deshechos de pescados desconocidos con una pizca de sardina y un poco de atún. El peso escurrido es una muestra amable de lo sinceras que pueden ser las industrias.
Entre Wall Street y el Merval, uno empieza a dudar de qué lata elegir. La sensación del desastre viene con la caída de aproximadamente 8 puntos (¿?). Nosotros, lo que no somos economistas expertos y charlatanes, creemos que eso es terrible. Que Wall Street es el nombre y apellido de un señor que nos va a quitar las ilusiones. Se trata de un tipo vestido con frac y galera. De rigurosos negro y bastón dorado. Nos va a tocar el timbre, nos hablará en inglés y nos apuntará con el bastón diciendo “you are dead, latin american citizen”. Nosotros no diremos nada, porque no hablamos en ingles. No nos interesa.
Elijo la lata de atún en trozos. Esta vez, una tercera marca. Pienso que es más o menos lo mismo.


Titular 4: ¿Cuán Geisha debiéramos ser? El contesta mi mail otra vez, preguntando cosas sobre las que escribí. Decido no responderle por ahora. Asumo una postura erguida ante la situación y demoro el momento, no quiero que me encuentre en el mismo lugar, idéntica. Los tipos en estos tiempos no hablan claro. A mi ya no me gusta dar tantas vueltas. Quisiera decirle que me gusta, que seguramente ya lo sabe pero que no entiendo a qué estamos jugando. Que es un idiota. Y yo más idiota que él prestándome a toda esta confusión ¿A qué le tenemos miedo? ¿A ir juntos al cine y que no nos gusten las mismas películas? ¿A que uno de los dos se enamore y que el otro no? Eso no tendría que ser el motivo de nuestra hemiplejía. Descanso los dedos en el teclado. Doy vueltas alrededor del escritorio para encontrar en los cables del CPU, el detrás de esta escena patética.
Me pregunto si él está jugando conmigo y yo dramatizando demasiado.
En voz alta cuestiono otra vez: ¿Por qué es tan difícil encontrarnos? ¿Necesitamos garantías también en las relaciones? ¿No podemos actuar sin evaluar las probabilidades? ¿Acaso no aprendemos de estas caídas? ¿De estas crisis que intentamos resistir viéndolas por televisión?
Finalmente sucede. El resultado es no darse cuenta del recorrido en vertical. Estamos cayendo y nos olvidamos de lo importante. Empezamos a dibujar números, a creer en ellos tanto como en Dios, a tomar decisiones sobre nosotros y los otros, según nos den las cuentas.
Le contesto el mail al otro día. En el mismo idioma. Diciéndole nada.


Titular 5: la crisis se profundizará en el 2009. Encuentro un poema de Charles Bukowsky que termina así: “esos hombres / fueron niños / una vez / ¿qué les pasó? / ¿y qué me pasó / a mí? / está oscuro / y frío / por acá”
Me quedo suspendida entre los titulares de los diarios y el poema. Hay un mundo que pesa demasiado y nadie sabe muy bien qué hacer con él. La gente comienza a creer que es mentira eso del año nuevo. Otra vez los números. Un 9 al final de la cifra y brindamos porque las cosas vayan mejor aunque sospechamos que no.
Pero parece que nadie está dispuesto a perder las esperanzas. La oscuridad arriba amenaza los patios con árboles y a los budines en la mesa. Ahí, cuando alguien vuelve a partir las nueces, aparece la melancolía que lo envuelve todo, hasta el azúcar del praliné. Pero llegan las doce y el cielo se enciende.
La oscuridad no dura para siempre.

Titular 6: Cuando ellos se van sin aviso. Él ya no contesta. Me posterga o simplemente desaparece otra vez. Entre la derrota y desilusión largo un insulto al proveedor del Internet. ¿Y si me contestó pero no me llegó? Llamo a la compañía, me atiende una operadora, le digo que estaba esperando un mail y que no me llegó. Que por qué no revisan bien cómo anda la conexión.
La chica me dice que está todo perfecto. Yo insisto. Le digo que hace varios días que tendría que haber llegado el mail. Le cuento brevemente la historia. Ella me dice que tiene una amiga que piensa que todo es culpa del servidor de hosting, pero que el tipo en realidad no le da bola. Le grito: ¿Y vos qué mierda sabés como venía la cosa?
Pienso que es una desubicada. Le corto y decido dar de baja el servicio.



Titular 7: La crisis no es sólo económica. Adoramos gurúes económicos que anuncian debacles financieras. Nos distraen con recetas parecidas a la de las revistas femeninas sobre cómo conquistar hombres. Nos dicen que tenemos que pagar por el cajón para que nos entierren. Nos dan cientos de argumentos para la infelicidad y yo termino dándole crédito a varios.
Que él no se interese por mí no ayuda a la situación. El test decía que éramos compatibles. El idiota se va a morir sin saberlo.
Antes que el señor Street toque a mi puerta, voy a ir al supermercado. Voy a manosear todas las latas. Voy a leer con atención la letra chica. Voy a fijarme si el código de la oferta coincide con el del envase. Voy a investigar si los supermercados suben los precios los sábados y domingos cuando hay 10% de descuento. Y después de eso, me voy a dar otra chance.
Tal vez sea hora de comprar la lata de atún desmenuzado. El amor puede estar en un envase corrompido. En la posibilidad de encontrarse con lo inesperado, entre los deshechos propios y ajenos, entre las expectativas desmedidas y el pesimismo que nos contiene. Aunque haya gente que nos diga que sabe como es la cosa, no nos olvidemos del amor.
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martes, 18 de noviembre de 2008

El problema es la moda

en 21:51 3 comentarios
Caminamos derrotados. Una fila de autos interrumpe la tristeza para convertirnos en peatones cautos. Esperamos que ruede el último y cruzamos.
Él dijo: “falta cada vez menos”. Yo dije que sí, que tenía razón.
Es extraña la forma en que nos convertimos en restos de la ciudad. Restos esperando el semáforo verde. Restos cruzando la calle. Restos esquivando personas.
Hablamos sobre la vida de ahora. Cómo está la familia de él. Cómo está la mía. No está igual, lo dos lo sabemos. No hacemos un diagnóstico de eso. Pensamos que así está bien.
Él tiene las fotos y yo olvido pedírselas.
Olvido todo, hasta el protocolo de saludarnos guardando distancia. Lo abrazo, largamente.
Le digo gracias. Que tenga suerte. Y no lo digo como un reflejo. Él devuelve el abrazo, me dice que igualmente. Suena el "igualmente" en la calle y giro hacia la puerta de entrada.
Tomo el ascensor y dejo pasar la humedad por los párpados.
Deseo que nadie ronde los pasillos y me detenga.
Abro la puerta y libero el llanto junto al perchero.
Lloro de la misma manera en que cae el agua en la ducha.
Escucho a lo lejos una canción. Una mujer solfea que una vez tuvo una ilusión y que no supo qué hacer.
Lamo los restos de mí en los bordes de la cama.
Miro la hora. Se hace tarde. Agrego una flor roja al vestido y tomo un taxi hacia la avenida. Pienso que hay lugares a los que no volveré.
Dios mío, tengo que dejar de usar el violeta. Me queda mal.
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lunes, 10 de noviembre de 2008

SUSI Y LAS DEMÁS

en 23:12 7 comentarios
Veo a Susana Giménez con las ex integrantes de Bandana. Ahora cantan y tienen sus propios discos.
Están todas más grandes y se visten brillantes. Supongo que es así como se viste a una estrella. Pensar que yo me miré todo el reality y me encantaba Ivonne, la colombiana. Tiene aún una voz muy hermosa.
Susana le pregunta a la rubia si es alemana. Ella es argentina pero seguro tiene descendencia. Le dice “si si, en mi familia hay alemanes, rusos, todos mezclados”
Susana les dice que van a tener éxito. Ellas hablan de prejuicios en el “medio”
Pienso… ¿en el medio de qué?
Marcelo, el ex Susano, no entiende nada. Insiste que hagan de Bandana una vez más.
Les dice: “Bailen Dance Dance para Susana… delen”.
Las minas lo quieren matar. Piensan (se les re nota en la cara que piensan): “qué puto más boludo”.
Ellas quieren construir una historia propia. Quieren algo diferente. Reniegan un poco de lo que hicieron. Ahora son inteligentes y quieren que se les note.
Dicen cosas como: “está bueno” “evolucionamos con nuestra música” “tenemos nuestras propias bandas” “la gráfica de la tapa representa la yuxtaposición de miles de cosas”, “me peinó fulano, gracias a él, seguro que está mirando…”
Las veo y hago un paneo hasta donde estoy sentada comiéndome el postre que según Maju Lozano es como comerse una manzana pero de chocolate sin las calorías del chocolate. Una es más feliz con esa idea. Rasco el fondo del envase con la cucharita. Hay lugares que una ya no puede alcanzar.
Pienso en que mañana voy a cumplir 34 años.
Me descubro en un monoambiente con paredes lastimadas. Es que los clavos se doblan antes de colgar los cuadros. Pedí como regalo un taladro con el juego de mechas incluido a mis compañeras de trabajo. Ellas juntan plata y le preguntan a quien cumple años ese mes qué quiere. Cuando les dije, me miraron y me dijeron: “preferimos comprarte ropa”.
Pienso que son unas hijas de puta. Al principio pienso eso y después me parece bien. Necesito ropa. Tengo que salir al mundo de una vez.
Dejar de tener miedo a los 34, no es un mal proyecto.
Enamorarse tampoco.
Si no… qué voy a hacer?
¿Esperar la temporada de liquidación?
¿Asistir a festejos de cumpleaños de los hijos de otros?
¿Recordar que se vencen los impuestos?
¿Ojear la programación de ISAT?
Llevo mis ojos al televisor. Qué linda que está vestida Susana. Esa si que no tiene problema… Qué feo el pelo de Lisa. Valeria tiene cintura de pollo (o sea, no tiene). La rubia es más alemana que rusa (¿?). La que grita está más gordita. Ivonne parece buena persona.
Noviembre tiene el peso dilatado del calor.
En casa no hay ventilación cruzada.
No quiero mirarme al espejo, me basta con adivinar las miserias de estas chicas.
Mientras, camino directo al tacho de basura para deshacerme del envase de la tentación. Dentro de 1 hora cumplo años. Ja! se me viene una melodía a los dientes. Inevitablemente me dejo seducir y canto mientras hago un pasito de baile: “Y esto se pone buenooooooo, de acá no me vo-oy”.

P.D.: Las chicas al final no bailaron.
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jueves, 2 de octubre de 2008

vienen a mí como si nada

en 11:47 4 comentarios
- Hace un tiempo me dí cuenta de que mi psicólogo es parecido a Fabian Vena. Pero no cualquier Fabian Vena, sino el de La Banda del Golden Rocket (cuando Maestro y Vainman eran re grosos).

- Hay gente a la que le gusta ir a los velorios, y te dice: "estuvo re triste"; pero si ven bien al dolorido dicen que "todavía no cae".

- Todas las semanas me preguntan cuándo voy a ir a San Pedro. Qué se yo!!!!!!!

- La panadería de acá cerca vende unas cosas re ricas. Pero aún no puedo decir "es la mejor panadería de Rosario". Hay gente que lo dice.

- Tengo la sensación, bastante seguido, de querer estar en otro lado.

- Qué rico es el arroz con leche.

- Recién un jugador de Racing dijo que jugando contra River, parecían el Manchester. Creo que no lo dijo en broma.
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miércoles, 3 de septiembre de 2008

No escribí nada nuevo porque estuve de fiesta

en 18:47 3 comentarios
lo que pasa es que la gente cumple años, los festeja y esas cosas. Acá estamos en la fiesta de 50 años del presidente de la empresa.

la hemos pasado maravillosamente.


les tiro algunas coordenadas para que me ubiquen:


1 - estoy de negro


2 - no soy rubia


3 - tomé poco y comí mucho

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lunes, 21 de julio de 2008

ROUGE

en 21:36 12 comentarios

Luego de recuperarme de un domingo (porque a veces los domingos son imposibles), mi madre me dice por teléfono que no está bien. Que se hizo algunos análisis y que está inusualmente flaca. Que pesa menos que yo con 30 años más. Y después citó algunas cifras sobre glóbulos rojos y blancos, sobre eritrosedimentación; cosas que no pienso buscar en el google.
Me dice todo eso y yo le digo que espere a ver los otros resultados. Pero en realidad me preocupo y pienso que ella viene a enfermarse justo cuando pude perdonarla.
Quiero decir… yo no sabía que debía perdonarle algo… pero sí intuía que la había culpado. Hace mucho había decidido culparla y entonces me reía de ella con resignación, y odiaba esa manera de curvarse y hamacarse y tomar pastillas contra la depresión.
Hace sólo unos días, buscaba unos dibujos que mi hermano me trajo de Europa y encontré la foto de la boda de mis padres. Cada vez que doy con ella pienso en lo hermosa que era. En las decisiones que tomó y en las que no. En lo exageradamente triste que siempre me pareció.
Muchas veces soporté sobre mis omóplatos la sospecha de que ella no quería estar entre nosotros. Que había deseado otra cosa pero que no tuvo el valor.
Recuerdo un sábado de invierno. Ella preparó mi ropa y me ordenó que me bañara. Me peinó y me puso perfume. Luego se maquilló. Me tomó de la mano y me llevó a una heladería. Dijo que podía elegir lo que quisiera. Tomamos helado en pleno invierno, muertas de frío, alimentando en plena avenida cierto espécimen de libertad.
Y creo que el hecho de que no haya vuelto a sucedernos, fue lo que no le perdoné todo este tiempo.
Para mí, con ese gesto ella me había rescatado de cierta soledad. Las dos habíamos hecho lo que deseábamos en contra de nuestros propios pronósticos.
La felicidad tenía nueces y dulce de leche. Y restos de rouge.
Hay muchas razones por las que yo no quiero que esté enferma.
Pero creo que ella se sentó a esperar. Hubo un momento en el que ella no pudo, o no quiso, o tuvo miedo. Y desde ese entonces espera que suceda.
Por mi parte, hoy es invierno en estas latitudes y el frío suele ser una obviedad, y esta casa no logra calentarse lo suficiente, pero confieso que siento los ojos inusualmente húmedos y unas ganas increíbles de pintarme los labios de rojo y tomar un helado.
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viernes, 4 de julio de 2008

3 DIAS DESPUES Y POR EL OLOR

en 19:06 11 comentarios
Sueño una muerte ridícula.
Una y otra vez.
Seguramente por mi cirujia maxilar. Me sacaron las dos muelas de juicio, una era la 48. Eso dijo Andrea, la dentista.
Pienso en cómo se dieron las cosas, la segunda vez que la vi me dijo que debia extraerme los molares, y no fue ella quien me los sacó sino su hermano, al que no había visto nunca.
El tipo me pedía que abra la boca. Y yo la abría.
Me dijo: “Cualquier molestia que sientas me decís y paro”.
Pero yo no sentia molestias. En cambio, estaba aterrada.
Me sacó la primera (la 48). Comentó acerca de las raíces. Eran grandes, parece. “Raíces hijas de puta”, pensé
Luego me preguntó si podía sacarme la segunda. Le dije sí. Pero del lado izquierdo se hizo todo más duro.
Una vez afuera la siniestra, Pablo, el dentista, dijo que esa muela era un tipo de muela muy hija de puta. “Como las raíces de la otra”, pensé.
Mi perfil izquierdo es una circunferencia casi perfecta. Cualquiera podría decir que saboreo una bola de billar. Eso si somos exagerados.
La cosa es que comecé a soñar que las mejillas se me inflan cada vez más hasta que explotan. Y entonces muero tendida en el parquet de mi casa.
Sueño con esa muerte ridícula y con la seguridad de que me encontrarán tres días después por el olor.
Eso lo sé desde hace mucho.
Cuando alguien vive solo y tiene cierta incapacidad para relacionarse con los demás, es probable que lo encuentren tarde. Muerto o no. Se hace tarde.
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jueves, 12 de junio de 2008

Nº 18

en 10:03 15 comentarios
Mientras delibero en cuál de las 36 situaciones dramáticas* encaja nuestra historia, vos me mirás con resentimiento y me decís que presentís que ya no te amo. Que olvidé hablar de nosotros en las reuniones familiares y que abuso del “Yo” y de otros pronombres de segunda y tercera persona.
¿Plural o singular? Te pregunto. Da lo mismo, nunca decís nosotros.
Yo te confieso que no había reparado en ello, que en realidad vos podrías estar equivocado y que seguramente ellos, no se han dado cuenta. Aún.
Impaciente, me reprochás que ya no cocino para vos y que reemplacé las recetas por imanes de rotiserías.
Entonces, decido desplazarme hasta la cocina y señalarte las hornallas, asegurándote que jamás funcionaron tan bien como el teléfono.
Te quedás inmóvil detrás de tu lengua que insiste en repasar mis defectos. Recordás que dejé de inventar excusas cada vez que llego tarde y te permitís sugerirme que la próxima vez tome un taxi.
Doy un paseo hacia el living y te prometo que voy a poner en práctica tu consejo ahora mismo, que tengo que irme, que llevo ya 10 minutos de retraso para llegar a alguna parte.
Me preguntás, antes de que gire el picaporte, por qué me compré zapatos turquesas, fuera de temporada y en liquidación.
Te grito, aferrándome a la cartera con flores azules (y detalles turquesas), que doy por terminada la entrevista. Y que además voy a abandonarte mañana, cuando den las 7 en el reloj despertador.
Me mirás distinto esta vez e intentás decirme algo, pero te callás a tiempo, procurándome el silencio necesario para que abra la puerta y decida que la situación dramática Nº 18, la de Crímenes involuntarios del amor, se ajusta perfectamente a la escena.


* Georges Polti, Las 36 situaciones dramáticas.
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domingo, 25 de mayo de 2008

Ayer me dijeron: "No es lo mismo llegar a los 33 divorciada que soltera"

en 22:13 8 comentarios
Me causó mucha gracia. Porque parece que ante la mirada de los otros, la mujer divorciada ha sido deseada, amada, exitosa en algunos aspectos, valiente e inteligente para no sobrevellar un matrimonio de mierda.
Tambien podría ser una mujer que creyó que casándose lograría vaya a saber uno qué cosa.
O que la boluda quería ponerse un vestido blanco y caminar por una pasarela y sentirse una reina.
O que leyó mucho Cenicienta y esos cuentos infantiles donde los enanos son adorables y trabajadores.
O que no cree en su capacidad para generar ingresos propios.
O que todavia usa la gran excusa: "quieron que mis hijos nazcan en un marco legal"
O que bueno, se casa, porque bueno, sino que hace?
O que por ahí ha sido seducida por la fórmula costo-beneficio que deriva de hacer una fiesta y la recepción de buenos regalos.
O que se equivocó.
Debe haber muchas razones. Pero evidentemente ser soltera a los 33 parece que es mucho peor.

La cosa es que me dió mucha gracia esa frase.
También esta otra que me dijo un amigo, que se lo dijo una amiga de él:

"La única vez que los hombres dicen que la tienen chiquita es cuando quieren metértela por el culo"

Gran verdad.
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martes, 6 de mayo de 2008

D I V O R C I O (P A R T E I)

en 21:45 9 comentarios

A veces creo que no es casual que el único bien material que tengamos sea una cochera, con todos los significados que esa palabra tiene.
Ayer fui a la abogada para llevarle el acta de matrimonio. Estaba como nueva.
No me esforcé demasiado para encontrarla. Sabía exactamente dónde la había dejado. Algo que es llamativo en mí. Muchas veces no recuerdo donde están las cosas. Y si insisto demasiado sólo logro olvidarlas y darlas por perdidas.
La cosa es que la abogada me explicó que mañana puedo ir a firmar un documento que antes debo leer. Si o si. Que no me va a llevar mucho tiempo… y esas cosas.
Después viene una audiencia para ver si podemos arreglarnos. Si por ahí, quien dice, nos vemos de otra manera, o de la misma manera o por casualidad estalla una bomba cerca y él me salva la vida y de nuevo yo me enamoro. No sé bien qué esperará el juez.
La cosa es que ya nadie cree que la gente se arrepienta de terminar las cosas. A menos, el amor no puede brotar de las baldosas de los tribunales.
Lo cierto que es la primera vez que tengo que ir a decir que ya no lo amo. Que no es posible la vida juntos en estas circunstancias. Que nuestras diferencias son irreconciliables.
A mi se me hace que es como firmar un certificado de defunción. Y la audiencia es como ir a reconocer los cuerpos.
Pero no sé. La verdad es que no sé cómo es.
Pero algo de muerte hay acá. Y creo que la muerte sí puede meterse en los ascensores de esos edificios. Y puede pegarse el olor. Uno puede confundir ese olor, claro. Uno puede creer que es cualquier otro olor y listo.
Pero vuelvo al punto. No es casual que el único bien material que tengamos sea una cochera.
Con todos los significados que esa palabra tiene.
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miércoles, 12 de marzo de 2008

tengo un nudo en la garganta

en 19:15 5 comentarios
Parece una boludez, pero se me hizo un nudo en la garganta cuando vi los titulares de los diarios digitales de hoy.
A mi el tipo me hacía reir.

Me dije: qué lástima que se murió.


Y pensé en la canción de Los Piojos ¿qué hará con tanto cielo para él?
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jueves, 21 de febrero de 2008

Simon

en 21:40 6 comentarios


A uno a veces le hace falta un espejo. Y no necesariamente de esos que tienen marco. En mi caso, fue una llamada telefónica a la madrugada.
Uno de mis hermanos, el mayor, había sido padre por primera vez. Por fin. Él lo había deseado tanto desde hace muchos años y ahí estaba, diciéndomelo por teléfono, deletreando una felicidad impalpable. Le temblaba la voz y a mí las manos.
Como dije antes, era de madrugada y con esa noticia volví a poner la cabeza en la almohada y los ojos en la celosía que da a la calle.
No pude volver a cerrarlos.
Y entonces me ví; estirada en un polo de la cama, se me ocurre ahora que podría ser el polo sur, cerca de la Antártida.
Diminuta entre las sábanas ensayé un flash back cinematográfico y pensé una vez más en cómo pasó el tiempo. Cómo pasé yo en el medio de él. Me pregunté cómo había llegado hasta esa latitud de la cama y por qué no tenía hijos, ni esposo, ni batón, ni leche pasteurizada en la heladera, ni cosas que preparar el lunes a la mañana.
Y entonces supe que no quiero pasar esta vida sola.
Que el tipo de soledad que poseo no es la que deseo.
Además de eso, también imaginé otra cosa; a Simón riéndose a carcajadas y yo preguntándole “¿De que te reís?” y él contestando: “No sé, me dieron ganas de reírme”.
Y yo comprendiendo eso y riéndome con él.
O algo parecido.
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viernes, 1 de febrero de 2008

m u d a n z a (hacia un lugar específico y lejano)

en 21:34 10 comentarios

Primero sacamos la mesita de luz, después el televisor. Lo demás estaba en cajas de cartón. Una era muy pesada; entre los dos pudieron subirla a la camioneta.
Comentamos el día, el clima era muy agradable y además había salido el sol.
Entrábamos y salíamos de la casa cargando cosas, el vacío estaba en otro lado. “No hay mucho más que esto” repetía yo, como queriendo acelerar el vómito de muebles hacia la calle.
Ellos preguntaron si no me olvidaba de algo. “De muchas cosas no me olvido”, les dije.
Y entonces nos miramos dividiendo las sonrisas. No eran más que muecas fraccionadas, gestos que se quedan en la mitad porque más de ahí no se puede, no nos daban ganas de estirarlos.
Mis cosas empezaron a moverse entre los autos, atravesaban el centro de la ciudad lentamente, temblando en la intemperie. Tenían un destino específico; junto a mí, pero en otro lado, más cerca de las antenas de telefonía celular, a la vuelta de un supermercado con buenas ofertas.
Yo estaba preocupada. No sabía si entrarían en el ascensor. Tampoco sabía si iba a acostumbrarme a tenerlos en otro espacio.
Había que acomodar todo de nuevo, buscar el rincón, precisar el lugar donde dejaría olvidadas las cosas; encontrarle, una vez más, utilidad a los almohadones.
Cuando llegamos, parecía otro país: otra gente, otras coordenadas, otro paisaje desde la ventana.
Notamos que las paredes estaban recién pintadas. El sol delataba cualquier imperfección, incluso la nuestra.
Los tres pisábamos una superficie menor, un parquet limitado y sin encerar. Dibujamos involuntariamente un triángulo escaleno. Yo, que odiaba la geometría, encarnaba uno de los vértices.
Nos quedamos largo rato así, detenidos en algo parecido al dolor en tres dimensiones.
Se hicieron las 12 del mediodía y el sol me pegó en la cara. Fue la excusa perfecta para hablar otra vez del clima y de lo linda que seguramente se vería la ciudad desde otra altura.
Entonces subimos a la terraza, riéndonos.
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martes, 29 de enero de 2008

BENEFICIOS DEL CAMBIO DE HORARIO PARA LA GENTE SOLA, MODERNA Y LIMPIA

en 10:49 15 comentarios
¿QUE EL CAMBIO DE HORARIO ES UNA MIERDA?
POR FAVOR!!!


AHORA PODÉS LAVAR LA ROPA, COLGARLA Y CUANDO LLEGÁS A CASA TENÉS HASTA LAS 21 HS. Y MONEDA PARA PODER DESCOLGARLA.

ADIVINÁ POR QUÉ

PORQUE ES DE DIAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!

¿¿NO ES BUENISIMO??

(no entiendo cómo al depto. de marketing de SKIP no se le ocurrió auspiciar el cambio de horario... )
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sábado, 26 de enero de 2008

POR QUÉ NO ME LO BANCO????

en 11:15 22 comentarios

Tengo que confesarlo, me gusta Cristian Castro. Me gusta la música. Tengo grabados dos discos de él que me encantan. Sé la letra. Me molesto cuando no llego al tono del estribillo y digo: “que linda voz que tiene”.
El tipo me parece desagradable. Físicamente no me atrae y cuando habla no me interesa su opinión de nada. No es alguien que admire.
Pero si lo pasan en la radio, subo el volumen. Es una situación muy dolorosa para mí.
Creo que puedo adivinar de dónde puede venir esto. En mi casa solamente había radio. La música que escuchábamos la decidía otro.
Pero en cambio, mi tía María tenía un equipo con tocadiscos y doble cassettera. Un equipazo. Impresionante, hermoso, brillante, plateado. Allí se escuchaba Valeria Linch, Los Pimpinelas, Richard Clayderman (él tan rubio…y ese moñito…), Camilo Sesto, Roberto Carlos, Juan “Corazón” Ramón…
Mi tía vivía a la vuelta de casa, yo iba a visitarla mucho y pasaba horas probándome su vestidos (me quedaban gigantes pero yo me veía preciosa) y bailaba al compás de su música.
En la misma casa vivía mi primo, que escuchaba Kizz. Pero se encerraba en su habitación y nos odiaba a todos, a mí, a mi tía, a su hermano Roberto, a mi abuela, al perro Facundo. Y mi tía no lo entendía, me decia: por qué odia al perro???
Bueno, yo creo que ahí puede estar este temita de Cristian castro, no en los gustos de mi tía, sino en que yo en algún momento creí que mi primo nos odiaba porque le gustaba Kizz y el rock.
Me muevo en mundo de gente, en su mayoría, intelectual. Ellos insisten en que lo mío es un lado simpático. Pero para mi es muy serio. Cuando conozco a alguien evito hablar de música. Si me pregunta ¿qué te gusta escuchar? Digo: Calamaro. Andrés goza de adhesión popular, es aceptable y además es verdad que me gusta.
Pero siempre me pregunto: QUE ME PASA CON CRISTIAN CASTRO?
Y además… qué pensará Tenembaum de esto?
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